Siri Hustvedt, viuda de Paul Auster, lamenta no haber sido ella quien anunciara la muerte del escritor
REDACCIÓN VIVO NOTICIAS
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CIUDAD DE
MÉXICO.- La
escritora Siri Hustvedt lamentó este jueves que la noticia de la muerte de su
esposo, el reconocido novelista estadounidense Paul Auster, se filtrara a la
prensa en lugar de que ella misma o su familia lo anunciaran. "Nos robaron esa dignidad", dijo la
autora en su cuenta de Instagram. "Era una ingenua, pero había imaginado
que sería yo la persona que anunciaría la muerte de mi marido, Paul
Auster", agrega en la publicación. La noticia se filtró a la prensa incluso antes
de que la familia hubiera "tenido tiempo de asimilar nuestra dolorosa
pérdida" y de que "sacaran su cuerpo de casa", escribió
Hustvedt. "Ninguno de nosotros (su familia cercana)
fue capaz de llamar o enviar un correo electrónico a sus seres queridos antes
de que comenzara el grito en línea", dice la escritora que desconoce cómo
se filtró la noticia. "No sé la historia de cómo ocurrió, solo
sé que no está bien", lamenta. En un bello homenaje al autor de "Trilogía
en Nueva York", Hustvedt cuenta que su marido escribió hasta los últimos
días. Con su letra "diminuta que se tambaleaba
como consecuencia de un temblor causado por el tratamiento" escribió
cartas a su nieto, Miles, nacido en enero, y que será "su último
libro". "En un suspiro de determinación se las
arregló para terminar una carta y completar su texto, pero el manuscrito no es
largo". "Con esa carta, su vida escrita
terminó", dice la autora de "Elegía para un americano". Su marido, dice, murió "en la habitación
que amaba, la biblioteca, un cuarto con las paredes llenas de libros desde el
suelo hasta el techo, grandes ventanales que dejaban pasar la luz" el 30 de
abril a las 18:58, hora local. Después de que los tratamientos fracasaron para
curar el cáncer de pulmón que padecía, el novelista rechazó la quimioterapia
paliativa que le había ofrecido su oncólogo y prefirió pasar los últimos días
en casa. Pese a que el escritor nunca abandonó
"Cancerlandia", como define a ese espacio de tratamientos y visitas
al hospital en el que viven los enfermos de cáncer, "nunca dio ni con
palabras ni con gestos señal alguna de autocompasión". "Su coraje y humor estoicos hasta el final
de su vida son un ejemplo para mí", dice antes de recordar que su marido
dijo "muchas veces que le gustaría morir contando un chiste. Le dije que
era improbable y él sonrió". Asimismo, Hustvedt tiene palabras para los que
se arrogaron la facultad de describir al escritor de Brooklyn de "frío,
inteligente, postmoderno, intelectual", una "caricatura fabricada que
es tan ajena a la persona como a los escritos". "Como su testigo, amiga, amante, colega
escritora y primera lectora (como él lo fue de mí), sólo puedo decir que
escribía desde lo más profundo del sentimiento, desde los espacios de ensueño
donde nacen, se desarrollan y terminan los grandes libros", concluye.