PROSA APRISA
Arturo Reyes Isidoro
TWITTER: @reyesisidoro
Sergio Hernández traga sapos sin hacer gestos Como aconsejaba don Adolfo Ruiz Cortines, el diputado local
y fallido candidato del PAN a la alcaldía de Xalapa, Sergio Hernández
Hernández, acaba de tragar sapos sin hacer gestos. El escritor Carlos Fuentes recogió la frase y en su obra
más emblemática sobre política (a la mexicana), La silla del águila, elevó
a categoría de arte esa práctica: “La política es el arte de tragar sapos sin
hacer gestos”. Siete días después de que su partido selló su alianza con
el PRI y el PRD ante el órgano electoral del Estado, para llevar como candidato
de unidad al priista David Velasco Chedraui, el panista salió ayer a fijar su
posición. Según mi punto de vista, hizo lo debido: dejó correr los
días hasta enfriarse, para no reaccionar caliente y tomar acciones o anunciar
decisiones que comprometieran más su situación política, lo que a mediano o a
largo plazos puede compensarlo políticamente. Lo hizo a través de un video en el que se le ve sereno y se
le escucha en ocasiones enfático, en el que acepta la circunstancia, aunque
afirma que no se da por vencido. Para mi gusto, reaccionó como todo un político
profesional. Dejó constancia de su disciplina, concepto que en los
últimos años ha perdido casi todo su valor en la actividad política, cuando
casi la mayoría de quienes no se ven favorecidos en alguna aspiración, con la
mayor facilidad y sin ninguna vergüenza profesional cambian de siglas y
colores, así el partido al que brinquen vaya en contra de sus valores, de sus
principios y de sus convicciones personales. Sergio tiene 11 opciones partidistas más para intentar su
propósito, pero, aunque afirma sentir “una gran decepción” por lo que pasó, lo
que califica como un “golpe muy duro” para él, antepuso su interés personal a
una causa mayor. Dijo que no obstante todo su trabajo por ser el candidato,
“sin embargo, el país vive un momento histórico y debido a eso se ha formado
una gran alianza de oposición que busca frenar la destrucción que está haciendo
Morena en este país… Los motivos por los que se tomó esta decisión, como acabo
de decir, forman parte de una negociación más grande”. Su mensaje, además de oportuno, no descuidó ningún detalle.
Se muestra agradecido con la militancia y sus simpatizantes del municipio, así
como con quienes, en general, le han expresado su apoyo y acompañado en los
últimos años. No lo invade el derrotismo y no se muestra pesimista, cuando
expresa que está acostumbrado a caer y a levantarse, y que esta ocasión no será
la excepción, “ténganlo por seguro”. Es decir, no ha hecho un drama y menos se
ha desahogado con improperios contra los dirigentes de su partido ni contra
quien resultó vencedor en la contienda interna interpartidista, lo que lo
coloca como un buen político, a secas, alguien que ha aprendido y que ha
madurado, que sabe bien que en política se pierde y se gana y que nada está
escrito para siempre. Esto lo reconfirma su decisión de más absoluta lealtad a su
partido, cuando expresa: “quiero compartirles que seguiré siendo panista y
votando por Acción Nacional porque sé que el país vive un momento delicado y
hay que construir contrapesos en la legislatura federal y en la local”. Argumentos contundentes los suyos, los de quien ve no solo
los árboles aislados sino el bosque entero, del que sabe que puede obtener
frutos si sabe esperar. Con su postura, de paso, desecha cualquier duda sobre la
lealtad a su partido y a la causa de su partido, porque ante el prolongado
anuncio de la concreción de la alianza hubo señalamientos mediáticos de que
quería romper la coalición para favorecer a Morena, ya que, decían, estaba
comprometido y obedecía a intereses del Palacio de Gobierno. Y cuando anuncia que seguirá siendo panista y votando por
su partido, está trasluciendo que lo hará por la coalición Veracruz ¡Va!, lo
que, sin duda, fortalecerá la candidatura de David Velasco Chedraui. Debe decirse que Sergio invirtió mucho tiempo, muchos
recursos, mucha dedicación a lograr su candidatura, que trabajó en toda la
demarcación municipal, incluyendo la cabecera con sus colonias y
congregaciones, por lo que tiene un significativo capital político. Su trabajo entre los 300 jefes seccionales, con más de 200
coordinadoras de sus Casas de Enlace y las más de 15 mil alumnas beneficiadas,
dispararán el número de votos para el candidato del PAN-PRI-PRD y le
complicarán el escenario al candidato de Morena, el senador Ricardo Ahued o a
quien ese partido nomine. A mi paso por la administración pública y por las áreas del
manejo de la prensa partidista, muchas veces escuché a políticos con
experiencia, curtidos en ese oficio, decir que ante circunstancias adversas que
pudieran producir dolor, enojo, rabia, había que ponerse bloques enteros de
hielo en la cabeza, para enfriarse, hasta enfriarse. Sergio, que duda cabe, lo
ha hecho y bien. Su caso, por lo demás, es un ejemplo para otros políticos
que viven o pueden vivir una situación similar, aunque, ya hemos ido viendo,
difícilmente se han contenido o se contienen y terminan en simples chapulines,
en trapecistas políticos a quienes solo guía su afán de poder para satisfacer
sus ambiciones personales. Además, actitudes como la suya, le dan respeto,
reconocimiento y lo hacen confiable. Fijada su postura, para mí no será nada extraño que ahora,
en cualquier momento, aparezca al lado de quien fue su contrincante David
Velasco Chedraui. En el palacio de gobierno deben estar tratando de hacer una
contención de daños y viendo, de manera desesperada, cómo van a tratar de
retener la presidencia municipal. El diputado local aclaró que la suya era una versión de lo
que realmente pasó. Tiene razón, hasta donde él supo o sabía. En realidad, la
coalición o alianza con David a la cabeza había quedado cerrada y confirmada
desde el 16 de marzo, aunque en las cúpulas nacionales partidistas, que lo
sabían, al margen de la mesa estatal de negociación, se guardó la más absoluta
reserva. La noche de esa fecha al columnista se le filtró, además con el envío de
documentos, con la atenta petición que no se comentaran hasta que se hiciera el
anuncio. Pero esa es otra historia, que en otra entrega comentaré con amplitud
y detalles. Sobre La silla del águila, de Carlos Fuentes, es
un texto de lectura política sabrosa, ambientada a veces en escenarios del
puerto de Veracruz, en la que, sin mencionarlo por su nombre, el escritor hace
un retrato también de don Adolfo Ruiz Cortines, un sabio del quehacer político,
cuya primera edición data de 2003.