Mientras tanto, en la región triqui, en la escuela primaria indígena de la comunidad de Yosoyuxi en San Juan Copala, en la mixteca alta de Oaxaca, alumnos y habitantes de la comunidad reportaron en redes sociales un ataque armado a dicha escuela. No hubo muertos ni heridos, sin embargo los habitantes responsabilizaron a las autoridades estatales por el clima de violencia que prevalece en la región y que es causado por el Movimiento Independiente de Lucha Triqui (MULTI), para evitar el retorno de los desplazados a Tierra Blanca Copala.

En la ciudad de Oaxaca, en la colonia Santa Anita en su parte alta, se reportó a una persona herida con arma blanca. En Pochutla, fue asesinado un líder obrero en el centro de la población, los asesinos escaparon y no hay detenidos. Ahí cerca en Tonameca, asesinaron a una líder empresaria sin que hasta el momento haya un solo detenido por estos hechos.

Este no es un parte de nota roja, es la realidad que está viviendo Oaxaca en estos momentos gracias a la ineptitud del “gobernador” así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara Cruz y de su Secretario de Gobierno Jesús Romero que o no saben o no quieren poner orden en la entidad y por eso hay zonas donde las que mandan, no son las autoridades, sino las bandas del crimen organizado que operan en las distintas partes del estado.

La Cuenca del Papaloapam que es paso de migrantes, trata de personas y droga, lo mismo que la Costa y hasta la Mixteca como en Huajuapam, hay ejecuciones de empresarios, de transportistas y de personas que se ganan la vida legítimamente, porque no pueden pagar los excesivos derechos de piso que las bandas criminales les quieren cobrar.

La zona del Istmo de Tehuantepec, donde no hace mucho el “presidente” inauguró el tren transístmico, también es una zona donde hay ejecuciones casi a diario y a plena luz del día con la complacencia -pareciera- de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

¿Qué pasa en Oaxaca?, los estudios de la Drugs Enforcement Agency (DEA), señalan que en nuestro estado operan al menos un cartel de alta gama como el Jalisco Nueva Generación, que se disputa territorios con grupos criminales locales, desde la capital oaxaqueña, pasando casi por las ocho regiones y eso a la vista de la Secretaría de Gobierno, la de Seguridad Pública y la propia gubernatura.

Ese jaloneo entre los grupos criminales, está bañando de sangre a la entidad de una manera en la que no habíamos visto prácticamente nunca y hay señalamientos de que desde dentro del gobierno, esos grupos son permitidos y hasta solapados por políticos corruptos que tienen nexos o negocios con ellos, como en el tráfico de personas, cobro de piso, robo de combustible y trasiego de droga por territorio oaxaqueño.

A eso hay que sumarle la ineptitud y la brutalidad de las policías estatal y municipales que son literalmente delincuentes con uniforme y que de la misma manera se dedican a la extorsión y en muchas ocasiones funcionan como protección a esos grupos criminales.

Uno de los últimos escándalos del gobierno de Salomón Jara, fue la asignación de concesiones de mototaxis que se han vuelto una plaga en las colonias de la capital oaxaqueña, los municipios conurbados y en las principales ciudades de las regiones como Juchitán, Tuxtepec, Salina Cruz, Tehuantepec y otras más. Muchos mototaxistas fungen como dealers o tiradores de droga y por eso vemos ejecuciones de los choferes que no cumplen con sus cuotas.

La seguridad en Oaxaca es de alto riesgo pero en vez de inyectarle recursos para cumplirle a los ciudadanos, el insufrible gobernador está más preocupado en pintar 100 bardas de agradecimiento para el peje, que en tu seguridad y la de tu familia, eso debe ser motivo suficiente como para que en la revocación de mandato, lo mandemos a la sierra de donde lo bajaron a tamborazos.

@leyvaguilar

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