“Artistas de Oaxaca…” abre investigación de Jorge Pech sobre el estado de las artes plásticas en el estado
CANDELARIA LÓPEZ
OAXACA DE JUÁREZ, OAX.- Veintisiete años después de su publicación,
“Atardecer en la maquiladora de utopías” del narrador, poeta y ensayista Robert
Valerio (Sheffield, Inglaterra 1959 - Oaxaca, México,1998), sigue vigente como
un texto que ofrece una mirada no sólo crítica, sino sociológica y
antropológica sobre el quehacer pictórico en el estado. A sabiendas de ello, el escritor Jorge Pech
Casanova se ha aventurado hoy a revisar el estado de las artes plásticas en la
entidad, y lo hace con el lanzamiento del primer libro de una serie de al menos
cinco al que ha intitulado: “Artistas de Oaxaca. Evocación de ausencias,
vindicación de presencias” (Almácigo Ediciones, 2025). En dicho volumen, del que se han hecho dos
presentaciones, su autor presenta los perfiles de 11 pintores ya fallecidos,
entre ellos: Rodolfo Nieto, Rufino Tamayo, Francisco Gutiérrez, Francisco
Toledo, Rodolfo Morales o Alejandro Santiago, quienes desde hace casi medio
siglo marcaron el rumbo de su disciplina en Oaxaca. Sin embargo, “hoy día el arte en Oaxaca ya no
es lo que era hace 47 años. Oaxaca se ha diversificado enriqueciendo sus
manifestaciones. Hay artistas increíbles, unos muy jóvenes que ni les pasa por
la cabeza buscar eco con esa época”, sostiene la artista Siegrid Wiese. En su intervención el pasado 29 de agosto
durante la primera presentación de la publicación en la galería Arte de Oaxaca
—ícono del galerismo de finales del siglo pasado y principios de este en la
capital del estado—, consideró acertada su aparición “como un pertinente
documento histórico para contar con el conocimiento que nos precede, saber cómo
funcionó y tener la claridad de que se agotó de la mejor manera posible y así
dar espacio a lo que ahora se hace en Oaxaca”. Pero también, el exhorto fue a emular, sí, a
esos artistas que abrieron escuelas y talleres, a quienes cuyo lenguaje
plástico se amplió por viajar a través de los libros, fueron fieles a su
sentir, pelearon con todas sus fuerzas por sus ideas, soñaron y lo hicieron,
recibieron premios y reconocimientos de verdad, a quienes pintaban 24 horas, e
incluso, sacrificaron hasta su vida por llegar a la meta. “Dejemos de hacer cuadritos para ganar dinero y
morir en una casa grande”, enfatizó. Añadió que en “Artistas de Oaxaca…”, Pech
Casanova deja ver que la existencia o no de la llamada escuela oaxaqueña de
pintura (término acuñado por Andrés Henestrosa) es hoy un tema arcaico y sin
mayor importancia. La importancia, dijo, está en que a quienes nos
interesa el arte, dejemos de tratar de encajar en un concepto y trabajemos
creativamente con compromiso y amor por un lenguaje universal que nos permita
unirnos y aportar al arte algo que haga del mundo un mejor lugar de
convivencia. “ARTISTAS
DE OAXACA…”, EN EL TAGPO Mientras tanto, en la segunda presentación del
libro realizada el pasado día 20 a invitación del pintor y grabador Oswaldo
Ramírez Guzmán en el Taller de Artes Gráficas y Plásticas Oaxaca (TAGPO), la
escritora Tamara León, Pech Casanova y el poeta Gabriel Salvador hablaron
nuevamente de las influencias de los artistas incluidos en la publicación, de
la escuela oaxaqueña de pintura y las críticas hacia ella, así como de las que
ahora es objeto la llamada escuela de gráfica oaxaqueña, donde varios de sus
exponentes en solitario o en colectivos, según Ramírez Guzmán, buscan sólo
atraer la mirada del turismo, y vender. Resaltó la participación de Gabriel Salvador,
quien se refirió a la vida y obra del pintor, escultor y grabador zimateco
Edmundo Aquino (1939-2019), de quien compartió parte de su obra poética, poco
conocida. Se evocó también el origen del Taller de Artes
Plásticas Rufino Tamayo y la relevancia que tuvieron en él tanto el artista que
le da nombre, así como Francisco Toledo y Roberto Donis (San Luis Potosí, 26 de
febrero de 1934 – Ciudad de Oaxaca, 8 de junio de 2008) cuya astucia fue
fundamental para posicionar al espacio y a sus alumnos en el mercado del arte. Asimismo, se mencionó a la lectura como una
herramienta fundamental en el quehacer artístico (Toledo como ejemplo de ello),
la inclusión de los artistas foráneos que interactúan con los locales, la
importancia de la apreciación artística, así como de la crítica, pero no la
complaciente o cortesana, y la autocrítica. Y a propósito de esto último, Pech Casanova
recordó y destacó el surgimiento en 1988 de la revista trimestral “El
Alcaraván”, a iniciativa de Francisco Toledo para fomentar la reflexión, el
análisis y la promoción de las artes gráficas, que tanta falta hace en Oaxaca. “Artistas de Oaxaca. Evocación de ausencias,
vindicación de presencias” se encuentra disponible en sucursales de La
Proveedora Escolar.
En tanto, el también ensayista yucateco invita
a la presentación de “Artistas de Oaxaca. Magisterios polémicos, futuros
interrumpidos”, el segundo volumen de la serie, y que se llevará a cabo el
próximo día 26 a las 19:00 horas en el Museo de los Pintores Oaxaqueños (Mupo),
cita en Av. Independencia, esquina García Vigil, Centro Histórico.
