ZONA CRÍTICA
ISMAEL GARCÍA M.
TWITTER: @May_Garcia_M_
OAXACA DE JUÁREZ, OAX.- Camellones y banquetas sin
concluir, así como tramos que no se pavimentaron, en la avenida Símbolos
Patrios; graves fallas en la obra del Circuito Interior, con lozas destrozadas
en varios puntos; Centro de Convenciones de Huatulco y Centro Cultural en la
capital, sin funcionar… y fuga de muchos millones de pesos sin explicación. Esa es parte de la herencia del gobierno de Alejandro Murat
Hinojosa con sus obras “insignia” y que jamás se concluyeron, aunque las
inauguró al finalizar su sexenio; en resumen, uso indiscriminado y a
conveniencia de tres mil 500 millones de pesos. En entredicho está también la 64 Legislatura del Congreso
del Estado, dominada entonces y ahora por la mayoría de Morena, pero incapaz de
exigir tocar al Poder Ejecutivo priista para exigirle cuentas. Lo mismo pasa ahora, a dos años de la actual Legislatura,
pese que al ser autorizado el préstamo del famoso decreto número 809, había
cláusulas para la revisión continua, nadie en la Cámara de Diputados ha
abordado el tema. Y lo peor: en el sexenio actual del morenista Samolón Jara
Cruz, nadie se atreve a pedir cuenta a los Murat, mientras el secretario de las
Infraestructuras, el gabinista Netzahualcóyotl Salvatierra López, ha negociado
con los priistas para que no se exija a las constructoras y a los ex
funcionaros que rindan cuentas. Más aún, el entonces titular de Sinfra, el mexiquense
Javier Lazcano, goza de cabal salud y disfruta de sus millones de pesos en su
tierra natal, donde tiene múltiples inversiones. ¿QUÉ PASÓ? El 3 de octubre de 2019, la mayoría morenista de la 64
Legislatura aprobó un préstamo por tres mil 500 millones de pesos para,
paradójicamente, refinanciar deuda acumulada y efectuar obras públicas que
desde el inicio del sexenio priista no había. Como supuesta condición, el
Legislativo creó una Comisión Permanente de Deuda Pública, que supuestamente
vigilaría el uso del recurso. Según otro mexiquense, Vicente Mendoza Téllez Girón, “el
único objetivo es continuar el mejoramiento de las finanzas públicas de Oaxaca
para estar en condiciones de invertir mayores recursos en infraestructura
social y productiva”, se refirió en un boletín de esa fecha. El argumento de Alejandro Murat fue que no sería un “cheque
en blanco”; que se realizarían 118 obras relevantes en todo el estado y que los
gobiernos del pasado se habían endeudado más. De ese empréstito, se destinarían 936 millones de pesos
para el refinanciamiento de la deuda de largo plazo. Según el mismo boletín, la administración del gobernador
Alejandro Murat concluiría con un adeudo de 16 mil 800 millones de pesos, “lo
que implica abonarle dos mil millones de pesos al pago de la deuda global,
saldo menor al que recibieron en 2016, cuando la deuda ascendía a 18 mil 800
millones de pesos. “En el año 2004, la gestión del entonces gobernador José
Murat dejó una deuda de 486 millones de pesos; en 2010, Ulises Ruiz Ortiz la
subió a 5 mil 807 millones de pesos; y en 2018, Gabino Cué Monteagudo la elevó
hasta 14 mil 711 millones de pesos”. SUPUESTAS OBRAS Pero tras la aprobación, tardaron al menos otros dos años
para que el préstamo se hiciera realidad y en 2022, las obras “de gran
envergadura” se hicieron al vapor y con oscuras licitaciones, en que se
favorecieron a empresas foráneas, como ICA, bajo el pretexto de que en Oaxaca
las constructoras no tenían capacidad financiera. La primera muestra de la improvisación fue la cancelación
del libramiento sur, al que se destinarían supuestamente mil millones de pesos;
la segunda improvisación, que los terrenos del antiguo reclusorio de Santa
María Ixcotel sería un parque deportivo y recreativo; tampoco se pudo. También al vapor las inauguraciones, en los últimos días
del sexenio de Murat, que, por supuesto, acrecentaron las dudas acerca del
destino del dinero y más en la calidad de los trabajos. Según denunció Salomón Jara Cruz en su primer día como
gobernador, la deuda de Alejandro Murat ascendía a unos 20 mil millones de
pesos y la mayoría de las obras que se ejecutaron con el préstamo, estaban inconclusas
y con severas fallas. Al Centro de Convenciones de Huatulco se le destinaron más
de 300 millones de pesos y no sirve a la fecha; tampoco se ha terminado. A la
Casa de las Alas del DIF, se invirtieron más de 60 millones de pesos y también
se recibieron inservibles. El Centro Cultural “Álvaro Carrillo” ascendió a 527
millones de pesos; la remodelación de la avenida Símbolos Patrios, al sur de la
capital, 160 millones de pesos, aunque según Murat fueron 113.5 millones; el
Circuito Interior, más de 500 millones de pesos. ¿Y las demás obras de la larga
lista de más de 100 proyectos? ¿NEGOCIOS DE NETZA? El principal responsable de no iniciar las acciones de
justicia es el actual secretario de las Infraestructuras, Netzahualcóyotl
Salvatierra, funcionario criticado de manera constante por los probables
fraudes cometidos en obras públicas durante el sexenio de Gabino Cué. (Por cierto, en el Tribunal de Justicia Administrativa y
Combate a la Corrupción hay un abultado expediente en que ya se tenía lista la
sentencia contra Salvatierra, por un fraude de más de 60 millones de pesos; al
parecer el expediente “desapareció”). Pero pasó el lapso de la entrega-recepción y nada más no
tuvo la capacidad para encargar una revisión a detalle de las obras heredadas.
O no quiso. En marzo pasado, dijo que recibió 119 obras inconclusas; en
otra fecha de los primeros meses, aseguró —sin haber consultado al mandatario
estatal— que “ya había compromiso” de las constructoras responsables de
concluir las obras de Murat y terminar las pendientes. Pero nada. Absolutamente nada ha hecho Netzahualcóyotl Salvatierra y
basta recorrer la zona metropolitana de la capital para ver las terribles
fallas, como los destrozos en el Circuito Interior, a la altura del mercado de
Abasto y en jurisdicción de Santa Cruz Xoxocotlán; en la agencia de Pueblo
Nuevo, un largo tramo ni siquiera fue contemplado en la rehabilitación. La avenida Símbolos Patrios sigue sin ser pavimentado,
además de cunetas, banquetas y otras obras inconclusas. ¿Ciclovía?, se
contempló pero nunca se hizo. En dos años, tampoco la 65 Legislatura se ha acordado,
adrede y bajo recomendación de Alejandro Avilés, de reactivar la Comisión
Permanente de Deuda Pública y mucho menos Entonces, ¿Alejandro Murat y sus entonces funcionarios
seguirán impunes?
