EL ZUMBIDO DEL MOSCARDÓN
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
X: @leyvaguilar
Como lo anticipé en
esta columna, el asunto del asesinato de Diego Paz, tiene a la Espada de
Damocles apuntando directo a la cabeza de Juan Carlos García Márquez,
presidente municipal de Santa Lucía del Camino, donde ocurrieron los hechos
sangrientos que han generado cambios en la estructura de seguridad de los
municipios conurbados. Cambios que representan
un profundo deterioro en las finanzas públicas -no comprobables- de municipios
como Santa Cruz Amilpas, San Jacinto Amilpas, San Sebastián Tutla o Santa Cruz
Xoxocotlán que estaban acostumbrados a recaudar fondos al través de los inconstitucionales
alcoholímetros. En el caso de Santa
Lucía, los cambios pueden ser mucho más considerables si tomamos en cuenta el
exhorto que ya le hizo el Congreso del Estado a Juan Carlos García para que se
separe del cargo 30 días y se someta a las investigaciones que la Fiscalía General
del Estado de Oaxaca (FGEO) esté haciendo para deslindar responsabilidades. Claro que las acciones
del Gobierno de Salomón Jara, respecto de la prohibición de los alcoholímetros,
fue a destiempo puesto que llevan dos años en la administración y fue, hasta
que una de las policías municipales mató a un joven, cuando decidieron tapar el
pozo, sin embargo estos cambios y el exhorto al Presidente Municipal más
parecen una intentona del gobierno del estado por desviar la atención y evadir
su propia responsabilidad. Debe ser el estado de
Oaxaca, al través de su sistema de seguridad pública quien capacite a los
policías municipales que, a propuesta de los presidentes municipales, portarán
armas de fuego y debe ser la Secretaría de la Defensa Nacional quien evalúe, incluso
psicológicamente a esos efectivos que les mande el estado. La Licencia común de
portación de armas de fuego, no es solo para una persona, sino para todo el
estado de Oaxaca. ¿Dónde están los
certificados de capacitación para los elementos de la policía municipal que
portan armas?… me parece que ninguno de ellos cuenta con ese permiso, de
entrada quien disparó, no lo tenía y por tanto está en prisión preventiva pero
¿quién le ordenó disparar?, ¿dónde está el protocolo de actuación de un policía
municipal donde se le autoriza hacer uso de su arma de fuego? Todo esto es
responsabilidad del estado, por tanto resulta muy conveniente cargarle todo el
peso de la ley al Director de la Policía Municipal de Santa Lucía Marcos Fredy
-que ya conocemos sus antecedentes- al Presidente Municipal Juan Carlos García
y a los elementos que estuvieron ese día en el puesto del alcoholímetro en las
inmediaciones del CBTyS de Santa Lucía. Por otro lado la
estrategia que está siguiendo el gobierno municipal, pagando testaferros para
desviar la atención de Diego Paz y su compañero que está hospitalizado, hacia
policías que supuestamente fueron atropellados por el hoy occiso, le está
resultando contraproducente al edil que está a punto de pedir licencia. Circuló una carta en
redes sociales de una supuesta hija de un policía, junto con fotografías de dos
uniformados que presuntamente se debaten entre la vida y la muerte porque
fueron atropellados por Diego Paz. La carta es tan inusual que no la firma nadie,
es decir, no tiene el nombre de la supuesta hija tampoco da informes sobre el
nombre de su papá o del otro uniformado. Las fotografías que
circulan, no parecen ser del momento y el lugar en el que fue acribillado a
balazos Diego Paz, sino de otro lugar distinto, porque el pavimento debajo de
los cuerpos presuntamente atropellados parece concreto hidráulico en vez del
pavimento común que está en la calle del CBTyS 123 de Santa Lucía donde
ocurrieron los hechos. En una foto se puede
ver a un policía con una bata azul profundo, mientras el otro está con una bata
color azul cielo, muy parecida a las que usa el Instituto Mexicano del Seguro
Social ¿por qué no están ambos policías en el mismo nosocomio?, ¿cómo se llaman?,
¿dónde están hospitalizados? Sería muy bueno y sano
para la investigación que el acompañante de Diego Paz, se decidiera a hablar
para dilucidar lo que verdaderamente ocurrió en Santa Lucía la madrugada del 31
de agosto, porque un joven de 22 años perdió la vida y todo indica que se trató
de una ejecución extrajudicial, lo que nos dice mucho del Estado de Derecho que
se ha perdido en Oaxaca por la ineptitud de las autoridades, desde el
“gobernador”, así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara, hasta los
policías municipales de todo el estado, claro, con sus honrosas excepciones. @leyvaguilar Instagram: leyvaguilar_ Facebook: Francisco
Alejandro Leyva Aguilar