* Singular trascendencia histórica tendría la primera visita de la doctora Claudia Sheinbaum a Oaxaca si, al mismo tiempo, se compromete a combatir la impunidad de la corrupción en salud.

El arribo al máximo poder político en México de la primera mujer Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, despertó mucha expectación y expectativas positivas de cambio.

La esperanza de la mayoría silenciosa de los mexicanos gira en torno de la posibilidad de desandar el camino del pasado reciente, especialmente en materia de seguridad, salud y economía.

La creciente inseguridad y violencia amenaza rebasar al Estado mexicano y a las entidades federativas, como lo prueba la masacre ocurrida anoche en el restaurante Che Gaucho.

La guerra a muerte de los cárteles del narcotráfico y de las bandas del crimen organizado “calientan” las plazas y provocan el desbordamiento de la cada vez más brutal violencia masiva.

La ejecución de los escoltas del líder transportista Marco Sánchez envía un pésimo mensaje en víspera de la visita presidencial. La Fiscalía General del Estado debe investigar a fondo la masacre.

De tal manera que la primera visita a la capital oaxaqueña, de las muchas que esperamos al estado, de la Presidenta Claudia Sheinbaum, puede pasar a los anales de la historia de México.

Y puede hacerlo si, en la Gran Señora del Sur con inteligencia, visión, sensibilidad y humildad, recibe y escucha a los trabajadores de los Servicios de Salud, hoy transferidos al IMSS-Bienestar. 

Recibir, atender y escuchar a quienes demandan justicia, mujeres y niños con cáncer, familias de desaparecidos y asesinados, y trabajadores debe caracterizar al gobierno de Claudia Sheinbaum. 

Pero, sobre todo, si la Presidenta se compromete a rescatar y salvar al Sistema Nacional y Estatal de Salud, que se encuentra totalmente colapsado, por el escandaloso saqueo hasta ahora impune.

Singular trascendencia histórica tendría la primera visita de Sheinbaum a Oaxaca si, al mismo tiempo, en la Tierra de Juárez se compromete a combatir la impunidad de la corrupción en salud.

Combatir la escandalosa corrupción en el Gobierno federal y de los estados de manera eficaz, eficiente y ante todo efectiva, sigue siendo uno de los mayores pendientes del gobierno de la 4T.

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