AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez
@VivoNoticiasMx
* MORENA: PARA 2024
DEBE SUMAR Ningún candidato a un
puesto de elección popular puede resultar triunfador si no es capaz de
conciliar y hacer alianzas políticas hasta con su principal detractor. En el ámbito nacional
Andrés Manuel López Obrador es el mejor ejemplo. El tabasqueño hubiera llegado
a la Presidencia de la República desde 12 años antes si en 2006 no hubiese
rechazado el apoyo que le ofrecieron en ese entonces la maestra Elba Esther
Gordillo, a la sazón poderosa dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE), y un grupo de gobernadores priistas afines a la
lideresa magisterial, entre ellos el veracruzano Fidel Herrera Beltrán (2004-2010). López Obrador, según
trascendió, se sentía sobrado y se habría negado a aliarse con los señalados
públicamente de “corruptos”. El final de esta historia ya la conocemos:
Gordillo, peleada a muerte con el candidato presidencial del PRI, Roberto
Madrazo, decidió sumarse con su grupo a Felipe Calderón, del PAN, quien junto
con el priista tabasqueño había iniciado la campaña con una desventaja de 20
puntos en las encuestas sobre preferencias electorales que favorecían
ampliamente al abanderado de la alianza PRD-PT-Convergencia. Sin embargo, en medio
de una gran polémica tras el recuento del 9% del total de los paquetes
electorales correspondientes a la elección para Presidente de la República,
Calderón Hinojosa fue declarado oficialmente ganador con apenas 230 mil votos
de diferencia sobre López Obrador, equivalentes a menos del 1% de la votación
total. Luego de esta
experiencia y ante una nueva derrota en 2012 frente al priista Enrique Peña
Nieto, AMLO finalmente aceptó seis años después abrir su Movimiento de
Regeneración Nacional a ex militantes, ex funcionarios y ex gobernadores del
PAN, PRI y PRD, logrando una votación histórica de más de 30 millones de votos,
suficientes para impedir otro fraude electoral como el de 2006. Casualmente, en esta
ocasión, no rechazó el apoyo de empresarios identificados con “la mafia del
poder” y también se dejó ayudar por el grupo de la maestra Gordillo, quien
durante el sexenio del presidente Pena Nieto, de 2013 a 2018, enfrentó
procesos jurídicos por lavado de dinero y delincuencia organizada, siendo
encarcelada primero en el Reclusorio Femenil de Tepepan y luego bajo prisión
domiciliaria. Coincidentemente, en agosto de 2018, después del aplastante
triunfo de López Obrador, fue finalmente liberada por un Juez del Primer
Tribunal Unitario. Sin embargo, ahora, a
menos de dos años de la sucesión presidencial y del relevo en el gobierno de
Veracruz, ni AMLO ni su grupo de poder en el estado parecen estar creando las
condiciones de conciliación y unidad interna y externa para enfrentar al bloque
opositor. Para la Presidencia de
la República es evidente que ni el canciller Marcelo Ebrard ni el senador
Ricardo Monreal están en el ánimo del gran elector de Morena, mientras que en
Veracruz el aspirante a la gubernatura, Sergio Gutiérrez Luna, quien hasta
finales de este mes presidirá la Cámara de Diputados, ha recibido un trato
peor, sin la más elemental civilidad y cortesía política de la camarilla
morenista que gobierna la entidad, cuyas preferencias para suceder al
presidente López Obrador están con la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia
Sheinbaum, y a favor de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, para relevar al
gobernador Cuitláhuac García. ¿Habrá cambio de
actitud este domingo 14, día en que Gutiérrez Luna rendirá su primer informe de
actividades legislativas en el Centro de Convenciones de Minatitlán, evento al
que posiblemente asista el secretario de Gobernación, Adán Augusto López,
también aspirante presidencial? RICARDO AHUED, SEGUNDO MEJOR
ALCALDE DEL PAÍS Por cierto, el que no
se ha metido entre las patas de los caballos por la sucesión estatal es don
Ricardo Ahued, presidente municipal de Xalapa. Sabedor de que en
política lo que pesa más es la conciencia, la constancia y la circunstancia
–como solía decir el ex gobernador Miguel Alemán Velasco–, el alcalde
capitalino está dedicado de tiempo completo a la responsabilidad que le
encomendó el año pasado el electorado xalapeño, sin distraerse ni obsesionarse
en otras aventuras partidistas y candidaturas como la de la disputada gubernatura,
pues su aspiración prioritaria es pasar a la historia como el munícipe que más
obra pública entregará a la ciudad capital. Y esa dedicación ha
comenzado a reflejarse en la amplia aceptación de la ciudadanía xalapeña, pues
una reciente encuesta difundida por Polls.mx lo ubican como el segundo mejor
edil de los 10 alcaldes de las capitales del país que fueron evaluados por la
consultora Rubrum. De acuerdo con esta
evaluación, en primer sitio se coloca Marco Bonilla (PAN), de Chihuahua, con 6.87%;
luego Ricardo Ahued, de Morena, con 6.51%; en tercer lugar aparece Eduardo
Rivera (PAN), de Puebla, con 6.45%; le sigue Leonardo Montañez (PAN), de
Aguascalientes, con 6.04%; y hasta el quinto sitio aparece el presidenciable
Luis Donaldo Colosio Riojas (MC), de Monterrey, con 5.88%. Los otros cinco son
Luis Nava (PAN), de Querétaro, con 5.70; Renán Barrera (PAN), de Mérida, con
5.68%; José M. Fraustro (PRI), de Saltillo, con 5.63%; Alfonso Martínez (PAN),
de Morelia, con 5.35%, y Carlos O. Morales (Morena), de Tuxtla Gutiérrez, con
5.31%. Y, sin embargo, don
Ricardo se mantiene ecuánime, sin acelerarse. Como ha sido siempre: jamás se ha
desgastado ni confrontado por obtener un cargo público o de elección popular.
Todos, hasta ahora, le han llegado sin atropellar ni golpear a otros.