PROSA APRISA
Arturo Reyes Isidoro
X: @ReyesIsidoro
Tener un amigo gobernador así Cuando ya corre el último año de
gobierno se comprueba que Cuitláhuac García Jiménez actúa más como amigo, con
todas las consideraciones, que como autoridad con sus colaboradores. Seguramente eso lo descubrió muy
pronto Eric Cisneros y por eso abusó de su forma de ser, de su carácter y hasta
se le montó encima y prácticamente lo sustituyó como gobernador. Ayer Cuitláhuac dio otra muestra
más de que no tiene carácter ni don de mando y que prefiere asumir
responsabilidades que no le tocan, con sus respectivos costos, con tal de
proteger a sus subalternos. En lugar de que como lo planteó
el alcalde Ricardo Ahued diera un manotazo y exigiera al secretario de
Infraestructura y Obras Públicas, Elio Hernández, que saliera a dar la cara y
asumiera su responsabilidad por el retraso de obras que tienen desquiciada la
capital del estado, ¡lo hizo él mismo! En conferencia de prensa, el
buen Cuitláhuac salió con que: “Les pido disculpas y paciencia a la gente por
el tráfico, pero estamos trabajando”. Todavía peor, agregó: “No nos estamos
transando la lana” (o sea está consciente de que hay la sospecha de que le
están metiendo la mano al cajón). Buscó todos los pretextos
posibles para justificar el incumplimiento de su gobierno, y al dar él la cara
se puso de pechito para ser el receptor de las miles de mentadas de madre de
los xalapeños por los retrasos y molestias que están sufriendo, mentadas que
Ahued se quitó de encima cuando en forma valiente salió a aclarar que la obra
no es suya. Tener un amigo así. En todo
gobierno los subalternos son hombres de sacrificio para dar la cara y hasta
ofrecer sus cabezas asumiendo culpas y responsabilidades, aunque no sean suyas,
porque un gobernador nunca se equivoca ni tiene la culpa ni responsabilidades,
aunque se equivoque y sean suyas las culpas y las responsabilidades. Elio nunca debió haber permitido
que su jefe el gobernador diera la cara por él ni que asumiera la culpa que le
corresponde. Antes que eso debió haberle presentado su renuncia y dejar a
Cuitláhuac como campeón. Anoche él, Elio, debió haber dormido a pierna suelta,
a todo ronquido, mientras que a Cuitláhuac le han de haber ardido las orejas
toda la noche por tantos recordatorios maternos (y los que faltan). Ya solo les quedan once meses y
días en el gobierno y no aprendieron, se van a ir como llegaron: sin saber nada
del comportamiento y del quehacer político. Retoma AMLO (y Nahle y Manuel)
trenes que ya fueron un fracaso Soy de los escépticos de que el
regreso del tren de pasajeros “El Jarocho”, que impulsa el presidente Andrés
Manuel López Obrador y lo han tomado como bandera de campaña Rocío Nahle y
Manuel Huerta, vaya a tener éxito. Ayer jueves, de visita en
Minatitlán, el exdelegado de Bienestar retomó el tema entrevistado por
reporteros en el mercado “5 de Febrero”. No sé si los candidatos a la
gubernatura y al Senado, respectivamente (se hacen llamar “coordinadores de los
Comités de Defensa de la Cuarta Transformación” por temor a una sanción del
INE), creen de veras en el proyecto o lo hacen suyo solo para hacerle la barba
al tabasqueño. Mi escepticismo tiene base en mi
experiencia de haber visto cómo se fue extinguiendo el tren de pasajeros (de
Ferrocarriles Nacionales de México) que corrió en el siglo pasado de
Coatzacoalcos a Salina Cruz, Oaxaca, y luego, muchos años después, el fracaso
de “El Jarocho” cuando lo impulsó el entonces gobernador Fernando Gutiérrez
Barrios. El tren de aquel entonces
transportaba, como cabe suponer, pasajeros que iban a los pueblos y ciudades
del Istmo de Tehuantepec, y viceversa, y muchos de ellos transportaban
mercancías para vender. Era alto el nivel de ocupación del tren por una
sencilla razón: porque no había más vías de comunicación. Pero con la construcción de
carreteras llegó la modernidad de aquel entonces y la gente prefirió viajar por
tierra, en camiones que hacían menos tiempo en transportarlos, y aquellos
viajes llenos de colorido donde en cada estación había vendedores gritando,
sobre todo de alimentos y golosinas, se fueron apagando hasta que
desaparecieron. Este mes, si nuevamente el
presidente no queda mal, como con la refinería de Dos Bocas, deberá reactivarse
la ruta ferroviaria de pasajeros del Istmo, según informó en septiembre pasado
López Obrador. Pero también anunció las rutas Coatzacoalcos-Veracruz y
Veracruz-Ciudad de México. Pienso que el éxito estaría
asegurado si no hubiera carreteras, la Costera del Golfo, de Coatzacoalcos a
Acayucan y al puerto jarocho, y la autopista de Veracruz a Córdoba que entronca
en La Tinaja con la que va a Coatzacoalcos. ¿Alguien preferirá hacer ocho
horas, mínimo, o más de Coatzacoalcos a Veracruz cuando por carretera se puede
hacer tres o cuatro? No lo creo. Habría éxito, eso pienso, si en
cambio se tratara de un Tren Bala, como el de Japón, que en el menor tiempo
uniera a los dos puertos, haciendo el recorrido más rápido que por carretera. Gutiérrez Barrios activó “El
Jarocho”; no tuvo éxito En 1988, don Fernando Gutiérrez
Barrios, siendo gobernador, impulsó la reactivación de “El Jarocho”, con la
idea de promover la llegada de más turismo a Veracruz y con ello de fortalecer
la economía de la región. Me tocó ir en el viaje
inaugural, que partió al anochecer de la estación de San Lázaro en la Ciudad de
México y llegó la mañana siguiente al puerto. Viajaban empresarios,
periodistas, “invitados especiales” y algunos funcionarios. Se ofreció una cena
de lujo, como correspondía, y la euforia inicial por la novedad se apagó a la
media noche y de ahí empezó a llegar el aburrimiento y cada quien a su
camarote, a dormir. Cuando clareó a la mañana siguiente, ya nadie tenía interés
en asomarse para ver los pueblos por los que íbamos pasando. Me imagino que va
a ocurrir lo mismo hasta con los pasajeros del Tren Maya. No tuvo éxito. Casi a nadie le
interesó viajar por ese medio y prácticamente duró nada la empresa. Para Manuel y Nahle es un “gran
sueño reactivarlo”; podría ser otro fracaso Ayer en Minatitlán, Manuel
Huerta declaró que: “Una de las grandes alternativas para facilitar la
comunicación entre la capital del país y el estado de Veracruz sería el regreso
del Tren de Pasajeros ´El Jarocho´, uno de los grandes sueños que se tienen para
el 2024, lo cual además sería una gran alternativa para el pueblo a bajo
costo”. Difiero de él (en su declaración
le dio crédito también a Rocío Nahle, o sea, ¡ya la volvió a mencionar!). Se
facilitaría la comunicación si no hubiera más vías para transportarse. Pero hay
carreteras, autopistas, que podrían ser arregladas, incluso pavimentadas con
concreto hidráulico con todo lo que se van a gastar con el tren, para hacerlas
más transitables en forma rápida (como las que tienen los tabasqueños, los
campechanos y los yucatecos, y no tan caras). No me imagino un viaje de
Coatzacoalcos a la Ciudad de México de dos días, o uno de un día entero al
puerto de Veracruz, con un consumo de muchísimas horas-nalga. El exfuncionario federal lo
calificó como “uno de los grandes sueños” que se tienen para el próximo año.
Ojalá y se quede en eso, aunque ya la propia Claudia Sheinbaum dijo que ella
cumplirá el compromiso. El país ya no puede sufrir más pérdidas económicas con
obras que resultan verdaderos elefantes blancos. El proyecto de Alemán Velasco En un recorrido previo por el
estado y luego durante su campaña como candidato a la gubernatura, Miguel
Alemán Velasco manejó otra idea de proyecto para abrir una ruta ferroviaria del
puerto de Veracruz hacia la Ciudad de México. Empresario, conocedor del Primer
Mundo, su planteamiento era que una especie de Tren Bala saliera del puerto,
pero que además de pasajeros llevara plataformas en las que los viajeros
llevaran sus vehículos, para que cuando llegaran a la gran urbe los desembarcarán
y en ellos se movieran en la metrópoli. Igual viajarían de regreso. Lo mismo
para los habitantes del Valle de México. La idea era muy atractiva e
interesante, aunque, cierto, requería una gran inversión. Pero ahí quedó, y eso
tendría éxito asegurado. Él tuvo también la idea de
construir una carretera de Coatzacoalcos al puerto de Veracruz que fuera por
toda la costa del Golfo de México, que, creo, sigue siendo atractiva.
Pero tengo curiosidad por ver,
en lo inmediato, qué resultados tiene López Obrador con su tren de pasajeros
que va a volver a recorrer el Istmo de Tehuantepec. Ojalá y no resulte otro
desastre como el AIFA.