Científicos revelan cómo el estrés se transforma en miedo en el cerebro
REDACCIÓN VIVO NOTICIAS
redaccionvivonoticias@gmail.com
LOS
ÁNGELES.- Cuando
nos sentimos amenazados o en una situación de riesgo el sistema nervioso activa
el miedo, un mecanismo de defensa esencial que nos avisa de que podemos estar en
peligro y nos pone en alerta. Pero, a veces, el miedo surge sin que haya
amenazas tangibles. Los episodios de estrés grave o potencialmente
mortal pueden inducir miedo, incluso en situaciones que no son una amenaza
real, pero experimentar esta generalización del miedo es psicológicamente
dañino y, con el tiempo, puede provocar trastornos mentales como el estrés
postraumático (TEPT). Ahora, un equipo de neurobiólogos de la
Universidad de California (Estados Unidos) ha identificado los cambios en la
bioquímica cerebral que inducen el miedo en ausencia de amenazas y ha trazado
los circuitos neuronales que provocan la experiencia de miedo generalizado. La investigación, publicada este jueves en la
revista "Science", aporta nuevos conocimientos sobre cómo podrían
prevenirse las respuestas de miedo. El trabajo, dirigido por Hui-quan Li, quien
realizó la investigación en la UC (ahora está en el laboratorio farmacéutico
Neurocrine Biosciences) y Nick Spitzer, catedrático de la Facultad de Ciencias
Biológicas de la UC, describe la investigación en la que se basa el
descubrimiento de los neurotransmisores -los mensajeros químicos que permiten a
las neuronas del cerebro comunicarse entre sí- que están en la base del miedo
generalizado inducido por el estrés. Estudiando en ratones una zona del cerebro
llamada rafe dorsal (en el tronco encefálico), descubrieron que el estrés agudo
inducía un cambio en las señales químicas de las neuronas, pasando de los
neurotransmisores excitadores "glutamato" a los inhibidores
"GABA", lo que provocaba miedo generalizado. "La ventaja de comprender estos procesos a
este nivel de detalle molecular -qué ocurre y dónde ocurre- permite una
intervención específica en el mecanismo que impulsa los trastornos
relacionados", afirma Spitzer. Tras el hallazgo, el equipo examinó cerebros
humanos postmortem de individuos que habían sufrido TEPT, y confirmaron un cambio
similar del neurotransmisor glutamato por el neurotransmisor GABA. A continuación, encontraron una forma de
detener la producción de miedo generalizado: Antes de experimentar estrés
agudo, inyectaron en el rafe dorsal de los ratones un virus adenoasociado (AAV)
para suprimir el gen responsable de la síntesis de GABA, eso impidió que los
ratones sintieran miedo generalizado. Además, cuando se trató a los ratones con el
antidepresivo fluoxetina (Prozac) inmediatamente después de un acontecimiento
estresante, se evitó el cambio de transmisor y la posterior aparición del miedo
generalizado. El equipo no sólo identificó la ubicación de
las neuronas que conmutaban su transmisor, sino que demostraron las conexiones
de estas neuronas con la amígdala central y el hipotálamo lateral, regiones
cerebrales que anteriormente se habían relacionado con la generación de otras
respuestas de miedo. "Ahora que conocemos el núcleo del
mecanismo por el que se produce el miedo inducido por el estrés y los circuitos
que lo ponen en práctica, las intervenciones pueden ser selectivas y
específicas", subraya Spitzer.
